Uso del streaming de vídeo
Una de las actividades que más datos consume es el streaming de vídeos y entre las aplicaciones que destacan por ello se encuentran YouTube o los servicios de vídeo bajo demanda como Netflix o HBO. Por suerte, el usuario puede configurar la reproducción para controlar su consumo.
En el caso de Netflix, por ejemplo, el usuario puede gestionar la resolución desde la función ‘Mi Cuenta’. Una vez dentro de ‘Mi perfil’, solo tendrá que acceder a los ajustes de reproducción para seleccionar el modo de reproducción streaming que prefieran por defecto. De este modo podrán elegir entre el bajo (0,3GB por hora y por dispositivo), el medio (0,7GB por hora y por dispositivo), el alto (hasta 3GB por hora y por dispositivo para HD y hasta 7GB por hora y por dispositivo para Ultra HD) o el automático (en función de la velocidad de la red). YouTube, por su parte, también ofrece mecanismos para controlar el consumo de datos. En este caso, cada vídeo permite seleccionar la calidad del streaming, lo que ayuda a adaptar la reproducción a la red del usuario. Curiosamente, una medida tan sencilla como esta puede tener un gran impacto en el consumo real de cada usuario.
Consejos para la navegación móvil
Del mismo modo que los usuarios pueden gestionar la calidad del streaming de aplicaciones como Netflix o YouTube, también pueden controlar el consumo de vídeo de sus móviles cuando acceden a redes sociales. Muchas, como Instagram, Facebook o Twitter, incluyen vídeos y es posible desactivar su reproducción automática, contribuyendo a controlar el consumo de forma significativa. También es importante recordar que algunas aplicaciones consumen muchos datos de por sí, por lo que no es mala idea revisar con cierta frecuencia el consumo y valorar si hay aplicaciones innecesarias que puedan desinstalarse del dispositivo.
Protección ante los ciberdelincuentes
Una norma básica de seguridad online es la de proteger el acceso a la red con una contraseña compleja. En caso contrario, usuarios no autorizados podrían acceder y hacer uso de ella. Y aunque este uso ya es grave de por sí, el auténtico problema es el asociado a la seguridad del usuario, que se vería comprometida. Por eso es tan importante asegurar la protección de la red, y de todos aquellos que la utilizan, con una contraseña segura. Para verificar la seguridad de sus redes, los usuarios pueden acceder al panel de control de su router aquí.
Además de velar por la seguridad de su conexión, los usuarios también deben tener presente la de sus propios datos mientras navegan. Contar con herramientas de protección como los antivirus o firewalls siempre es recomendable para estar protegido ante el spyware o el malware. Pero además, es importante que los usuarios pongan en práctica otras medidas como acceder solo a páginas de confianza, desconfiar de emails cuya procedencia desconozcan o utilizar contraseñas complejas.
En la nube, siempre con responsabilidad
Son muchas las actividades que pueden hacerse en la nube, desde guardar copias de seguridad a acceder a servicios de monitorización del hogar o a streamings de música. En cualquier caso, todas ellas consumen ancho de banda y es importante tenerlo presente para hacer un uso de la red lo más eficiente posible. No en vano, hay servicios que suben sus vídeos de forma continua cuando están activos, como el de Nest Aware, lo que conlleva un gran uso de datos.